El rincón de las ideas

Hay personas que tienen razones más que válidas para hacer las cosas que hace. Solo que es más fácil censurar que preguntar. No digo que una vez sabidas las razones, su comportamiento aun te parezca inadecuado, pero si no se sabe no se puede opinar. Que una persona en un momento dado haga algo que se considere “malo”, o “incorrecto” no implica que sea una mala persona, solo que quizá las circunstancias la han obligado a afilarse las uñas. No todas las personas que se quejan son inocentes, y no todos los que presuntamente atentan son los malos del cuento. Quizá solo sea que Caperucita es más indigesta de lo que el lobo pensaba a simple vista, y la que tenido que expulsar de su organismos de todas las maneras posibles, para no envenenarse. No todo es siempre lo que parece y a veces los mártires solo lo son para asegurarse un poco de atención por parte de terceros.

¡Te voy a sacar la verdad con sacacorchos! Hay personas a las que no les haría ningún efecto, aunque sería un sacacorchos de tamaño industrial. Sabes que a alguien le pasa algo; y lo más importante, que le pasa contigo. Insistes en infinidad de ocasiones para que te lo digan y no lo hacen, o fingen que no saben de lo que hablas, experimentan sordera ocasional, mienten diciendo que no pasa nada…. ¿Cómo se va a remediar algo o a pedir disculpas si no sabes lo que has hecho o dicho? Nada va a cambiar si no se avisa. Puede repetirse una y otra vez hasta el infinito.

Cuando piensas que todo va bien siempre hay algo que se tuerce para que no nos hagamos demasiadas ilusiones. Te pasas medio año planeando algo porque se supone que no tienes nada que hacer un fin de semana concreto y llega lo inesperado y arrasa con todos los planes como un huracán. Y no solo los de un fin de semana, sino varios. No hay como planear para que tengas que improvisar.