El rincón de las ideas

Hay ocasiones en las que echamos de menos algo que no podíamos sospechar. Algo, alguien, un movimiento, una mirada, un sentimiento... Te hecho de menos y ya nada puedo hacer para remediarlo. Perdóname, pero así es mejor para tí. Lo siento amor, siempre estarás en mi corazón.

Después de muchos años he llegado a la conclusión de que no hay que ser solidario para todo. Recuerdo haber sido solidaria emocionalmente con miembros de mi familia. Si ellos se enfadaban con una persona, yo me enfadaba por solidaridad, sin preguntar ¿porqué?, sin analizar si era lógico o no. Con los años uno se da cuenta de que cada cual ha de librar sus propias batallas. Si una persona no nos hace daño directamente a nosotros de forma física, moral, o de cualquier otra... ¿Porqué hemos de enfadarnos? Nunca nada es blanco o negro... existe una infinita cantidad de tonalidades grises a tener en cuenta. Grises que la otra persona ha podido pasar por alto y que sean de gran importancia. La solidaridad ciega en este caso no plausible. Hay veces que este tipo de solidaridad nos priva de una vida más plena y armoniosa...

Hay veces en las que decir adiós es difícil, aunque terriblemente necesario. Hay ocasiones en las que uno no soporta más confusiones, malos entendidos, quebraderos de cabeza... y lucha por un poco de saludable paz mental. Hay veces que un adiós es la única salida. Hay veces que un adiós es la mejor opción.

Nunca había visto a nadie levantar a su propio perro por encima de la cabeza para terminar estrellándolo contra el suelo como castigo por gruñir. ¿Quién es más salvaje de los dos? ¿Quién es el animal? Al menos uno de los dos tiene excusa para comportarse como lo hace, no tiene capacidad de razonar... ¿Qué excusa tiene el otro? ...Cada día me da más asco esta sociedad...

¿Porqué nos tienen que medir a todos con la misma vara? ¿Será a caso que todos somos iguales o pensamos del mismo modo? ¿Porqué tenemos que sufrir las consecuencias de los actos de otra persona solo porque la situación sea similar?